Perspectiva de género

Según la UNESCO : ¨el patrimonio es un legado de generaciones pasadas, apreciado en el presente por los valores sociales y culturales reconocidos entre los miembros de una comunidad¨. El patrimonio comprende monumentos históricos, bienes culturales y paisajes naturales, también incluye al patrimonio inmaterial o vivo, compuesto en nuestro caso por los testimonios brindados por las mujeres que trabajaron en la fábrica L' Estruch de Palau-solità i Plegamans.

Los valores compartidos por la comunidad la obligan a valorar su patrimonio, disfrutarlo en el presente y transmitirlo a futuras generaciones, y de este proceso, depende la continuidad histórica a la que aspiran las sociedades.

No suelen preservarse y transmitirse aquellos valores que no son apreciados por la comunidad, de ahí la importancia que tiene dotar al patrimonio de nuevos significados, acordes al momento histórico en el que se abordan y al significado que le otorga la sociedad, porque el patrimonio no es estático, sino que evoluciona en forma constante como respuesta a circunstancias, necesidades, conocimientos y valores cambiantes. 

Las relaciones de género han desempeñado un papel determinante en la configuración de aquello que interpretamos y valoramos como patrimonio UNESCO (2015), por lo que la aplicación de una perspectiva de género al relato histórico de las mujeres que trabajaron en la fábrica, permite reinterpretarlo utilizando narrativas feministas, viendo a las mujeres, no como seres aislados, sino como grupo que forma parte de una cultura, del poder, la política, la protesta, la resistencia y la crítica de una determinada época. De esta manera pudimos comprender las estructuras y sistemas sociales-patriarcales que subyacían bajo el discurso brindado por esas trabajadoras, pero también pudimos crear nuevas narrativas que permitieron transmitir y crear una memoria histórica en clave feminista Diputación Foral de Bizkaia, (2018).

Para lograr nuestro objetivo, seleccionamos tres de los aspectos claves para el feminismo

Las relaciones de poder entre mujeres y hombres.

Es fundamental analizar la influencia que han tenido y continúan teniendo las relaciones de poder entre hombres y mujeres, y la forma en que a lo largo de la historia han perpetuado la inequidad y las desigualdades que han  afectado el desarrollo social y profesional de mujeres y niñas.  Estas inequidades, se han generado en el seno de una construcción social imaginaria sobre lo que significa  ser mujer u hombre. La desigualdad fomentada por una sociedad y cultura patriarcal ha conducido históricamente a menospreciar e infravalorar el trabajo de las mujeres y a asignarle roles relacionados con los cuidados y la contención de la familia y el hogar, las mujeres en el patriarcado se les ha asignado el rol de cuidar los bienes adquiridos y brindados por quien ejerce el poder, es decir, del hombre. Esta situación continúa siendo una realidad para la mayoría de mujeres del mundo.

Sobre el poder  Judith Butler, manifiesta que "Estamos acostumbrados (as) a concebir el poder como algo que ejerce presión sobre la persona desde fuera, algo que subordina, coloca por debajo y relega a un orden inferior", (Butler, 1997, p.12 ), aunque en ciertos casos este poder permite el desarrollo de las personas que son sometidas, ya que el poder incluye tanto las funciones jurídicas (prohibitivas reglamentadas) como las productivas (involuntariamente generativas) de las relaciones diferenciales. (Butler, 2007).

Las divisiones sociales, junto a la estratificación del poder, han permitido la organización de las civilizaciones a lo largo de la Historia. Se ejerce poder sobre la naturaleza, sobre algunas clases sociales, los adultos sobre las niñas y niños, los hombres sobre las mujeres y niñas. Según Michael Kaufman "Existe sin embargo un factor común a estas sociedades: todas son dominadas por hombres¨. Igualar la masculinidad con el poder es un paradigma que ha evolucionado a través del tiempo y ha conformado y justificado la dominación de los hombres sobre las mujeres y la sobrevaloración de lo masculino. (Kaufman, 2000) 

Las relaciones entre sexos son relaciones de poder a través de las cuales los hombres y los valores masculinos han adquirido un estatus superior al de las mujeres y sus valores femeninos, y la socialización de los roles de cada género es parte integrante de la continuidad de la estructura de poder patriarcal, Nicholson (1997). Según Kaufman (2000) "poder, en efecto, es el término clave a la hora de referirse a masculinidad hegemónica". 

En el caso de las mujeres de la fábrica, las relaciones de poder se manifiestan en su relación con los propietarios de la fábrica, a los que llamaban ¨los amos¨, y con quienes tenían una relación distante, basada en el miedo y en la autoridad. Cuando se personaban los propietarios de la fábrica, las mujeres sentían tensión, estos apenas las saludaban, no hablaban con ellas, más que por asuntos relacionados con el trabajo que realizaban, y ellas durante las entrevistas justificaron esa actitud diciendo que eran buenas personas, pero muy serias, distantes, que se imponían con la sola presencia.

Otro ejemplo de relaciones de poder, se observa en las estructuras familiares de las mujeres y niñas trabajadoras de la fábrica. El poder era ejercido por  los padres, las madres, los abuelos y abuelas, quienes decidían cuando las niñas y niños comenzaban a trabajar, y les retiraban el salario para destinarlo al consumo familiar,  en el caso de las mujeres y las niñas, estas estaban destinadas a la fábrica aprovechando los años de soltera, en muchos casos el trabajo en la fábrica cesaba al nacer los hijos y las hijas, pero en casi todos los casos, las mujeres compaginaban el trabajo en la fábrica con el cuidado de otros miembros de la familia y del campo.

El rol de la mujer dentro del discurso y la sociedad patriarcal.

En el discurso patriarcal, la masculinidad se percibe como éxito, desarrollo y autorrealización es valorada como portadora de poder y autoridad, contrario a la feminidad que es concebida por la mayoría de personas como una forma pasiva y dependiente del poder masculino, que no puede o tiene nada que aportar al desarrollo o evolución esperada por la sociedad. Tradicionalmente el paradigma patriarcal ha sido antropocéntrico y androcéntrico, por lo que el trabajo de las mujeres ha sido tachado de improductivo y pasivo al no estar relacionado con la agresividad y la conquista. Según Mellor (2002), el trabajo de las mujeres se ha dirigido a satisfacer las necesidades básicas de la existencia y subsistencia humana, desde la producción de alimentos hasta el trabajo doméstico, que mayoritariamente realizan dentro del hogar o en sus comunidades. Pero este trabajo doméstico produce valores de uso que se consumen en la familia y no pueden monetizarse, lo que impide que las mujeres pueden convertir su trabajo en ingresos, y por ende en capacidad para elegir el propio bienestar personal ( Kabeer, 1999).

Las mujeres de la fábrica fueron educadas de manera diferenciada, ( niños y niñas no compartían aula), algunas de ellas, no pudieron asistir al colegio debido a la obligación de incorporarse al trabajo, fuese al campo, la fábrica o al cuidado de sus familiares. En cambio a los varones de la casa se les priorizaba la educación, porque se esperaba que pudieran abrirse paso en la sociedad. La educación de las niñas y mujeres de la fábrica, estaba enfocada en las futuras labores que realizarían, las domésticas y en el caso de las que se incorporaron al trabajo, se les brindaba una formación relacionada con labores de costura fundamentalmente.

El trabajo en la fábrica estaba claramente diferenciado, los hombres asumían puestos de responsabilidad, realizaban tareas de mantenimiento de la maquinaria, contabilidad, logística, vigilancia, en tanto las mujeres ocupaban puestos subordinados dentro de la estructura industrial.

Las mujeres trabajaban en su mayoría durante los años previos a casarse y tener familia, porque luego pasaban a desempeñar el rol de madre, esposa y cuidadora, que era el que la sociedad patriarcal esperaba de ellas. Cuando las hijas e hijos crecían, muchas mujeres se incorporaban al trabajo, gracias a las redes familiares sostenidas por el resto de mujeres de la familia.

Las manifestaciones de resistencia de estas mujeres

A pesar de las grandes desigualdades que han vivido y continúan soportando las mujeres y niñas, la resistencia se ha manifestado en forma de fortaleza y resiliencia ante  las dificultades. Las redes de apoyo y cooperación que han desarrollado las mujeres, les ha permitido abrirse paso en una sociedad que constantemente las sitúa en posición de inferioridad. Las mujeres de la fábrica dieron un paso hacia adelante en su emancipación, el trabajo que realizaron fue crucial para la supervivencia de la familia y aunque en su momento no fue reconocido, tuvo gran importancia en el desarrollo de la industria textil catalana. Se especializaron en trabajos que requerían de gran esfuerzo y concentración, soportando condiciones perjudiciales para su salud y compaginando largas jornadas de trabajo con el trabajo doméstico y el cuidado de la familia y el campo. Muchas mujeres al salir de la fábrica, continuaban trabajando en sus telares particulares o realizando pequeños arreglos. 

Analizando los testimonios que las  mujeres de la fábrica brindaron durante las entrevistas, pudimos apreciar que, sus respuestas respondieron a un guion sencillo, más bien unidireccional, anecdótico e individual. En ocasiones, se mencionan situaciones que vistas desde nuestra contemporaneidad, parecen abusivas e inconcebibles, como por ejemplo, comenzar a trabajar con catorce años, o trabajar sin conocer las clausulas del contrato de trabajo, abandonar o no poder asistir a la escuela para cuidar de la familia, trabajar en condiciones perjudiciales para la salud, cobrar mucho menos que los hombres, entre otras. En todos los casos, se percibe una solidaridad entre las trabajadoras que conformaban espacios de reunión en donde podían hablar de sus cosas y ayudarse mutuamente, pero en algunos momentos de las entrevistas, se perciben silencios o justificaciones, como en los momentos en que hablan sobre la relación con los propietarios de la fábrica, relación al parecer mediada por el miedo y un respeto casi absoluto a la figura ¨de los Amos¨ como le llamaban al Sr. Antoni Estruch o al Sr. Joan Coderch.

A raíz del material audiovisual analizado, nos propusimos añadir nuevos significados al discurso narrativo de las mujeres de la fábrica, tomando en cuenta la perspectiva feminista, añadimos nuevas visiones que contextualizaran socialmente su situación de desigualdad respecto a los hombres, en una sociedad en la que eran consideradas inferiores. También dimos una nueva revalorización del trabajo que realizaron, al enfocarnos en la especialización de sus funciones en la fábrica y a la importancia que tuvo dicha especialización para el desarrollo de la industria textil catalana.

Las prácticas narrativas

Nos basamos en el concepto de Terapia Narrativa expuesto por Michael White y David Epston quienes plantean que ¨La estructuración de una narración requiere la utilización de un proceso de selección por medio del cual dejamos de lado, de entre el conjunto de los hechos de nuestra experiencia, aquellos que no encajan en los relatos dominantes que nosotros y los demás desarrollamos acerca de nosotros mismos. Así, a lo largo del tiempo y por necesidad, gran parte de nuestro bagaje de experiencias vividas queda sin relatar y nunca es «contado» o expresado¨, por tanto plantean que a través de la externalización de ese relato, las personas se sienten capaces de intervenir en sus vidas y en sus relaciones, pueden descubrir hechos extraordinarios en sus propias vidas y desde esta perspectiva, fortalecerse y recuperar el control de su existencia. Para incorporar nuevos significados, es necesario de surjan relatos alternativos para que la persona re-escriba su vida y sus relaciones.

A medida que se expresa la trama alternativa, es posible incorporar y difundir nuevos aspectos, más agradables para la persona, que se convierte en espectadora de su propia representación. Estos discursos alternativos favorecen la supervivencia de los relatos y el empoderamiento personal. 

Según Michael White y David Epston, la resistencia de los nuevos relatos y su elaboración pueden también favorecerse reclutando un público «externo». El público contribuye a la escritura de nuevos significados, lo que afecta la interacción entre la audiencia y el sujeto del relato. También se manifiesta cuando el sujeto del relato «lee» ante la audiencia su nueva representación, sea por la reflexión o la identificación de las experiencias, se embarca en revisiones y extensiones de las nuevas narrativas.

Los relatos feministas

Las prácticas narrativas se enfocan en el engrosamiento de historias de resistencia y excepcionalidades. En esta misma línea, los relatos asumen que la realidad es una construcción social como Berger, P. L., Luckmann, T., & Zuleta, S. (1968); mientras que Weingarten, K. (2004) muestra cómo algunos significados son negociados, subyugados, excluidos, penalizados, trivializados para que otros, sean mayormente representados discursivamente. Esto se manifiesta en cultura patriarcal cuando establece mayor relevancia a las características masculinas, y deprecia todo aquello que no lo es. Es el caso del trabajo femenino, que ha sido reconocido por el hombre, cuando ha estado en concordancia con los valores del patriarcado, por ejemplo cuando es valorada dentro del hogar y realiza  ¨las labores propias de su género¨, pero en cambio, ha sido invisibilizada cuando ha desempeñado profesiones que han tenido  gran impacto en los sistemas productivos como es el caso de las trabajadoras de la industria textil.

El trabajo narrativo identifica las historias interiorizadas y apropiadas de la cultura, y las cuestiona para encontrar espacios no historiados, busca la producción de tramas alternativas, desenmascara y cuestiona al patriarcado desde el cuestionamiento, para causar un impacto en los discursos opresivos que constituyen la realidad Foucault, M. (1988) reconociendo las relaciones de poder entre varones y mujeres y abriendo las puertas a nuevas tramas narrativas.

¿ Cómo hemos extraído la narrativa de los relatos de las mujeres trabajadoras de la fábrica?


ESCUCHA ACTIVA          ESCUCHA DECONSTRUCTIVA          CUESTIONAMIENTO DECONSTRUCTIVO   

DESHACIENDO CREENCIAS OPRESIVAS          BUSCANDO RESISTENCIAS          CO-CREANDO Y REVISANDO

A través de la escucha activa: que implica escuchar sin anteponer principios, etiquetas, diagnósticos, síntomas o categorías. Siendo conscientes de que nuestros conceptos prefabricados nos llevan a construir una historia prefabricada, se debe utilizar la escucha auténtica, escuchar lo que las mujeres dicen desde la curiosidad y no desde el cuestionamiento. Durante la escucha es importante la comunicación no verbal, la omisión de las palabras, las contradicciones en el discurso.

Utilizando la escucha deconstructiva: haciendo preguntas que permitan conocer la perspectiva de la otra persona, se  La inclusión de otras perspectivas favorece el proceso de construcción de narraciones alternativas que beneficiarán a las mujeres.

Aplicando el cuestionamiento deconstructivo: que implica vincular a la sobreviviente de violencia y las experiencias de abuso a un contexto social y político más grande. Cuando la sobreviviente entiende que lo personal es explicado desde lo político y social, ellas también entienden que las violencias cometidas hacia ellas en sus hogares, en sus casas, en las calles y en sus trabajos son versiones locales de una opresión más grande; que son constructos que sirven para controlar a las mujeres.

Deshaciendo las creencias opresivas: El objetivo es señalar y re-politizar las creencias culturales que han sido impuestas para cuestionarlas en tanto han sido asumidas como verdades absolutas que son perpetuadas a través del tiempo. Para de-construir estas verdades, se utiliza la externalización de los problemas, que implica un proceso conversacional que separa al problema de la persona y les constituye como entes separados y libres entre sí.

Buscando resistencias: Los momentos de resistencia y como se ha respondido a ellos, ofrecen oportunidades para que la sobreviviente de la violencia, empiece a desarrollar una historia alternativa sobre sí misma, que esté menos constreñida por  premisas culturales que producen culpas y remordimientos por lo que los hombres les hacen.

Ayudando a co-crear y re-visar la propia historia: es una invitación a re-escribir la propia vida y a adquirir una identidad como autora de su propia vida. Con estas orientaciones es posible la aparición de nuevas tramas, nuevos puntos de vista, nuevas formas de entender la propia vida. Estas nuevas identidades reconstruidas, conducen a acciones que transformarán la situación de violencia.

Una mujer que resiste es heroica y el espacio narrativo permite reconocerlo. El proceso de engrosamiento de la trama alternativa implica la búsqueda de antecedentes de resistencia. Las mujeres han sido heroicas en resistencia; ahora y también en el pasado. Buscar en el pasado permitirá encontrar un punto al cual unir el heroísmo actual para ser visto, no como algo singular, sino como algo que ha existido y hoy se refuerza. Así queda enraizado en el pasado, y el nuevo comportamiento o identidad ya no queda como vulnerable.

Hemos partido de un trabajo directo con la comunidad desde la cercanía y el compromiso con las causas de las mujeres. Desde los entornos comunitarios y entidades colaboradoras, instituciones, profesionales, personas comprometidas con las mujeres.

Proyectos que nos inspiran

Museo Virtual de la Mujer combatiente:  Es un proyecto museístico vivo, que se encuentra en continua evolución en relación a sus contenidos, los cuales, se actualizarán y muestran de manera periódica. Hace una invitación a la colaboración ciudadana para lograr una aportación de documentación relacionada con la memoria histórica de las mujeres que tomaron parte activa en la contienda bélica,  que enfrentó a las organizaciones del Frente Popular y el Gobierno de la Segunda República con los militares sublevados que dieron el Golpe de Estado en España en 1936.

Proyecto Arquitectas y diseñadoras en la Historia: La arquitecta Carmen Torrecillas ha creado un gráfico interactivo que recoge 100 arquitectas y diseñadoras europeas de las que no oyó hablar en la Universidad. Cada línea lleva a la página de Wikipedia (en inglés) de cada una de estas mujeres inspiradoras. De esta forma, el proyecto contribuye a empoderar a mujeres y niñas al mostrarles los aportes hechos por mujeres en campos profesionales en donde tradicionalmente siempre ha primado la presencia masculina. 

Radiojaputa: Proyecto que comenzó siendo un postcast semanal y en la actualidad se ha convertido en un proyecto sólido, su objetivo es divulgar el feminismo radical para tejer redes entre las mujeres de todo el mundo. Se compone de postcast, historias, artículos y un observatorio de las situaciones que sufren las mujeres en el mundo. A través de los diferentes testimonios de mujeres de diversos rincones del mundo, se visibilizan los abusos e injusticias que continúan padeciendo y se hace un llamado a la acción para denunciar y combatir la violencia machista.

PastWomen:  Se trata de un repositorio digital cuyo objetivo es brindar recursos actualizados desde la perspectiva feminista a todos los sectores involucrados en la divulgación histórica y educativa. Su objetivo fundamental es visibilizar la cultura material de las mujeres en diferentes épocas, aportando estudios e investigaciones que empoderan a las mujeres y niñas en la historia. Rompe con los esquemas y el discurso machista sobre los roles asumidos por las mujeres y las muestra como agentes claves en el desarrollo de las sociedades antiguas.

Museo de Arte Phillips:  Historias cosidas: Esta exposición virtual muestra a través de piezas de tela, la especialización del trabajo femenino, visibiliza a sus creadoras y las convierte en narradoras de vivencias.

Museum of Women's History:  Ubicado en Suecia, se trata un museo centrado en el género cuya narrativa coloca a las mujeres en el centro, sin excluir el trabajo de los hombres, también aborda cuestiones transgénero o perspectivas no binarias. Surge ante la necesidad de representar a las mujeres que han sido excluidas de la historia. Explora el pasado a través de la visualización del género. 

Proyecto Women' Legacy-Emakumeen EmariaProyecto nacido en Bizkaia aspira a ser una plataforma de alcance europeo para incorporar la perspectiva de género en la interpretación de nuestro patrimonio cultural, de esta forma contribuye a reescribir una historia que históricamente, ha omitido a las mujeres y niñas.


Compartimos la entrevista a la Dra. Marina Subirat Martòri, catedrática emérita de Sociología de la Universitat Autónoma de Barcelona. Hemos seleccionado esta entrevista porque en ella se fundamentan muchos de los planteamientos de nuestro proyecto, consideramos que la coeducación de niñas y niños y de la sociedad en general, es un paso clave para alcanzar la igualdad social entre mujeres y hombres.

¨Cuando el FEMINISMO deja fuera a algunas mujeres¨ es un documental que realiza una crítica fundamentada y necesaria al feminismo hegemónico, es decir al que ha considerado las luchas y reivindicaciones de las mujeres blancas, urbanas, de clase media, occidentales, como la ¨lucha de todas las mujeres¨ dejando al margen a las  mujeres de otras razas, culturas, identidad de género y condiciones. Aunque se ha avanzado mucho en la eliminación de estos sesgos, ¨la lucha continua¨ porque el feminismo no ha logrado acabar con estas desigualdades ni ha puesto el énfasis en erradicar los estigmas que pesan sobre nosotras, y me incluyo como mujer migrante, negra y caribeña, y que nos acompaña en el día a día de nuestras sociedades.

La escritora, novelista y feminista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, nos brinda una reflexión sobre por qué deberíamos ser feministas.

Bibliografía y descargas

Wood, G. G., & Roche, S. E. (2001). Situations and representations: Feminist practice with survivors of male violence. Families in Society, 82(6), 583-590.

Mamber, S., & Alcalá, SJA (2017). Mapeo narrativo. Antrópica. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades , 3 (5), 163-177.

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